miércoles, 20 de noviembre de 2013

El triángulo del que hablaré

Buenos días Bloggers¡
¿Os acordáis del vídeo que subí? Bien, espero que os haya hecho recordar el concierto de año nuevo, la comida con los seres mas queridos y sobre todo, alegría por las fechas. Para mí, la marcha Radetzky de Johann Strauss es más que todo eso, es una llamada a la compañía y al movimiento. ¿Quién no ha aplaudido al son del público y de los músicos?. Para mí, la fuerza de esta canción no tiene igual y me ha hecho moverme desde siempre, es más, os cuento una anécdota un tanto peculiar. Estando en Teruel una noche vieja, mis amigos y yo bajamos hacia Burriana ese mismo 1 de enero, estuvimos horas en la carretera y cuando estábamos a punto de llegar a casa, cambiamos de emisora y escuchamos el anuncio de la Marcha Radetzky, a lo que estuvimos dando un rodeo a propósito para poder escucharla entera, imaginaros lo que significa para mí y lo que hace que me mueva.

Pasando a otra cosa, el pasado miércoles estuve hablando con Víctor, mi profesor de Educación del movimiento, para saber cómo especificar más en el ámbito de la música, ya que es de ello de lo que querría hablaros. Estuvimos dialogando un rato y al final me mostró que hablase de lo que tuviese más a mano y me interesase más a mí, a conclusión de esto, me encantaría que supieseis cuál va a ser el tema exacto sobre lo que me interesaría hablar. Soy monitor de tiempo libre voluntario en un centro juvenil salesiano de Burriana y al igual que hago de monitor, enseña cosas básicas de batería y cajón flamenco. En esta asociación tenemos a niños y a jóvenes desde 3º de primaria hasta los 18 años, además somos ayudantes en una casa de acogida para niños con problemas domésticos. Un joven de 16 años llamado L está muy interesado por la batería y yo le enseño con el mismo ímpetu que a los demás, pero claro está, el no es igual que los demás. El ha sufrido desde pequeño hasta el punto de estar en hospitales psiquiátricos con medicación semanal etc. Es conflictivo, abusón, pasota y descuidado, odia que le hablen de su familia y no hay un día que no llegue con los nudillos rojos o agrietados. El es así con todo, menos con los monitores, con sus amigos, conmigo y con la batería. Cuando él toca la batería se concentra tanto que no ni él mismo, no piensa, solo toca. Deja de ser descuidado a ser aplicado, deja de ser mal-humorado ha ser alegre,ya que saca sonrisas al tocar. Es más, no deja de luchar por aprender aunque no sea demasiado coordinado.
¿Por qué creéis que le pasa esto?
L-Batería-Yo. El triángulo del que hablaré.
Gracias. Un Saludo

2 comentarios:

  1. A lo mejor esto te da una respuesta, o te plantea más preguntas

    www.youtube.com/watch?v=E2yAddhsLlg

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    1. Impresionante, simplemente impresionante, GRACIAS con mayúsculas Victor, me ha gustado mucho el vídeo y creo que me ha llevado a comprender cómo en la explicación sin palabras que realiza Bobby McFerrin sobre la escala musical de grave a agudo sobre la gente del público, puede ayudarme a mí en el centro juvenil y sobre todo con L, porque como a él, a todos los del público les ha hecho ayudarm esforzarse e intentar descubrir cosas nuevas, en este caso, un toque mas de agudo o grave. Muchas Grácias.

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